Nuevamente me siento frente al infinito mar de mi ilusión
Quieta mientras los pensamientos tejen sus vaivenes,
Separada de mí, viajo convertida.
Reflejo en tu resplandeciente espejo de mica de arenas candentes
Sumergida bajo tus olas me pierdo en la oscura profundidad de tus azules y verdes.
Cubierta de retazos de vida busco luces esquivas de algas y corales
De sorprendidos seres de translúcida belleza,
Vibro junto a tus rompientes, lavo mi recuerdo
Y ahuyento presagios,
Me devuelves rendida
A la orilla de mis pesares,
Sin tiempo para urdir un escape,
Me quedo varada en este escurrirse de la vida en mis manos
Sola con el tejido de mis horas
Frente de rocas negras, enterradas de pie en los acantilados de tu costa
Soldado negro de barrancos salobres,
Mis playas de pozos de agua y arenas gruesas.
Cruzo la tenue línea de mis temores y atravieso los boquerones
Donde rugiente reclamas verdades y frenas argucias.
Llevo mi ansia con los brazos abiertos a tu fría cama
Donde dormir será una aventura de flores lunares
Olores antiguos de tiempos arcaicos, húmedos, se filtran por los poros del suelo
Visto delgados líquenes en mis barcos abiertos que yacen encallados bajo el sol
Restos postreros del último viaje,
Remolinos fugaces se levantan con los alisios
Y agujas vespertinas disparadas erosionan y fustigan la playa.
Quiero con el caer de la luz detrás de tu manto
Dejes sumergirme prendida tras el espejo de tus aguas,
Profundo terciopelo negro de mi cabello saltará al cielo
Y mi cuerpo licuado se mezclará con el tuyo
Mis ojos con serena ausencia contemplarán lejanas batallas solares
Atormentadas lenguas de lava celeste cruzarán mi espacio
Inundando mí nombre, la ilusión y la pasión entrarán por fin a mi historia.
Los golpes de tus olas no serán más caricias que se acaban,
Separada mi alma seré arena levantada por el viento
Y volaré libre por el tiempo.
Rosa Amelia Pérez Hopkins
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